Ejemplos de competencias laborales y cómo desarrollarlas

¿Te has preguntado qué distingue a los profesionales más exitosos de los demás? La respuesta está en las competencias laborales. Estas son un conjunto de habilidades, conocimientos y actitudes que permiten a una persona desempeñarse eficazmente en su trabajo. Asimismo, son esenciales para impulsar la productividad grupal y alcanzar los resultados deseados en las empresas.

En este blog, te compartimos en profundidad qué son las competencias laborales y por qué son tan cruciales, incluyendo ejemplos prácticos que te ayudarán a entender cómo se aplican.

¿Qué son las competencias laborales?

Las competencias laborales, también llamadas competencias profesionales, incluyen tanto las habilidades como los conocimientos que tiene una persona para llevar a cabo una determinada tarea o función en el ámbito laboral. Esto significa que las competencias de trabajo también contemplan capacidades, actitudes, prácticas y experiencias, incluso en el trabajo remoto.

Ahora bien, ¿es lo mismo una competencia que una habilidad? No. Aunque están relacionadas, corresponden a conceptos diferentes. Mientras que una habilidad hace referencia a la capacidad de realizar una tarea o actividad específica, la competencia laboral es un concepto más amplio que engloba no solo habilidades, sino también conocimientos, actitudes y comportamientos necesarios para desempeñar eficazmente un rol específico en el ámbito laboral.

¿Por qué las competencias laborales son importantes?

Las competencias laborales juegan un papel fundamental en el éxito de los profesionales y las organizaciones. Por lo tanto, es necesario que comprendas su alcance, si quieres que se superen las expectativas en tu empresa sobre el desempeño del personal. Aquí te enseñamos las principales razones por las cuales las competencias laborales son importantes:

Mejoran el desempeño individual y grupal

Como las competencias laborales combinan habilidades, conocimientos y actitudes, tus empleados pueden hacer sus tareas de forma más efectiva y eficiente. La ecuación es fácil: un trabajador con competencias bien desarrolladas será capaz de enfrentar desafíos y adaptarse a situaciones cambiantes con facilidad. Así, no solo mejora su desempeño individual, sino que también potencia los resultados de tu equipo.

Incrementan la productividad de la organización

Tus empleados serán más productivos si poseen las competencias adecuadas para sus roles. Con habilidades bien desarrolladas, pueden realizar sus tareas con mayor precisión y rapidez, reduciendo errores y optimizando el uso de recursos. De esta manera, es posible mejorar la eficiencia operativa y, en consecuencia, el rendimiento de tu empresa.

Facilitan la adaptabilidad ante a los cambios

En un mercado laboral en constante evolución, es crucial adaptarse a nuevos desafíos y tecnologías. Las competencias laborales permiten a tus empleados mantenerse al día con las tendencias y demandas del mercado. Por lo tanto, esto facilita la transición a nuevos roles y responsabilidades.

Fortalecen la cultura organizacional

Siempre que las competencias del talento estén alineadas con los valores y la visión de la empresa, la cultura organizacional se fortalece. Por lo tanto, atrae talento, mejora el compromiso y crea un sentido de pertenencia entre los empleados.

Por todas estas razones (y más) es que las competencias laborales son altamente valoradas por los profesionales de RR.HH. a la hora de contratar y retener empleados. De hecho, una de las tendencias del mundo laboral es el enfoque "skills first". Así, los días en los que el título universitario era un ítem muy valioso para el currículum está llegando a su fin. Se valoran más las habilidades y conocimientos.

Tipos de competencias laborales

Además de determinar la capacidad de una persona para realizar tareas específicas, las competencias laborales influyen en su capacidad para adaptarse y crecer en un entorno profesional en constante cambio. A continuación, exploraremos los tres tipos principales de competencias laborales: básicas, genéricas y específicas.

Competencias laborales básicas

Las competencias laborales básicas son aquellas habilidades esenciales que una persona adquiere desde temprana edad. Se consolidan por medio de la educación formal, y se caracterizan por ser universales y fundamentales para el desarrollo de cualquier otro conocimiento superior. Por ejemplo, leer, escribir y hablar.

Asimismo, dentro de este tipo de competencias laborales, hay dos subgrupos a tener en cuenta:

• Competencias personales: son las adquiridas por la educación formal, como las operaciones matemáticas básicas.
• Competencias sociales: son las relacionadas con la interacción social, como los "buenos modales" y la comunicación efectiva.

Pero, ¿por qué es importante tener empleados con estas competencias? Porque son la base sobre la cual se construyen otras competencias más avanzadas. Sin estas, el aprendizaje y el desarrollo profesional pueden verse limitados.

Competencias laborales genéricas

También conocidas como transversales, las competencias laborales genéricas abarcan aspectos generales que son aplicables a cualquier campo de trabajo. Aquellos empleados que tienen estas competencias son valiosos porque pueden adaptarse a diferentes situaciones. Por ejemplo, la inteligencia emocional, el pensamiento estratégico, el manejo del tiempo y la productividad, entre otros.

Aquí se puede incluir la proactividad y la planificación, como habilidades blandas. Esta última demuestra que la persona sabe gestionar los recursos y definir cuáles son las prioridades. Asimismo, la proactividad es clave ya que puede aportar numerosos beneficios a la empresa. Quien posee esta capacidad, toma la iniciativa, se anticipa, resuelve situaciones y busca nuevas oportunidades.

Competencias laborales específicas

Las competencias laborales específicas se refieren a las habilidades y conocimientos que son necesarios para desempeñar un determinado rol o función empresarial. A menudo, se desarrollan a través de la formación especializada y la experiencia laboral.

También, se conocen como hard skills y son esenciales para desarrollar las tareas y concretarlas con éxito. Así, por ejemplo, un publicista necesita desarrollar su pensamiento creativo en el ámbito de la publicidad. Es necesario que logre conectar a las personas con un determinado producto o servicio y esto dependerá de que sea original y pueda generar nuevas ideas o conceptos.

¿Por qué estas son imprescindibles al formar equipos? Para el desempeño eficiente de tareas técnicas y especializadas, ya que permiten que los empleados trabajen con mayor precisión y eficacia. Esto contribuye al éxito general de los proyectos y al cumplimiento de los objetivos.

Ejemplos de competencias laborales

Para una mejor comprensión de los diferentes tipos de competencias laborales, ¿qué mejor que revisar ejemplos de cada caso? A continuación, exploraremos cada una de las categorías sobre las que te hemos comentado, con ejemplos concretos para ilustrarlas:

Ejemplos de competencias laborales básicas

• Lectura y escritura: es la capacidad de leer y comprender textos complejos, así como la habilidad de comunicar ideas de manera clara y efectiva por escrito. Sirve para:
• Redacción de informes y avisos para Slack.
• Interpretación de documentación interna.
• Revisión y corrección de textos antes de su publicación.
• Matemáticas básicas: en tanto habilidades aritméticas y matemáticas esenciales para tareas diarias. Útil para:
• Elaboración y seguimiento de presupuestos.
• Análisis de datos y estadísticas.
• Cálculos precisos para la gestión de inventarios.
• Habilidades de comunicación: como la capacidad de escuchar activamente, expresarse claramente y comprender las comunicaciones de otros. Contempla:
• Participación en reuniones virtuales.
• Claridad y precisión en la comunicación por correo electrónico y videollamadas.
• Presentación de ideas y proyectos a través de videoconferencias.

Ejemplos de competencias laborales genéricas

• Trabajo en equipo: es la capacidad de colaborar con otros, comprender diferentes perspectivas y trabajar juntos hacia un objetivo común. Sirve para:
• Colaboración en proyectos de equipo a través de herramientas como Trello o Asana.
• Participación en sesiones de brainstorming virtual.
• Contribución y retroalimentación en documentos compartidos por Google Drive.
• Manejo del tiempo: hace referencia a las habilidades para gestionar y organizar el tiempo de manera efectiva, priorizando tareas y cumpliendo con los plazos establecidos.
• Uso de calendarios y listas de tareas para organizar el día.
• Priorizar tareas importantes y urgentes.
• Cumplimiento de plazos en proyectos y entregas.
• Liderazgo: es la capacidad de guiar y motivar a otros, así como organizar y priorizar tareas para maximizar la eficiencia. Considera:
• Delegar responsabilidades.
• Inspirar y motivar al equipo en toda interacción.
• Resolver conflictos y tomar decisiones bajo presión.
• Adaptabilidad y resolución de problemas: implica ajustarse a nuevas circunstancias y encontrar soluciones efectivas a los desafíos. Útil para:
• Adaptarse rápidamente a nuevas tecnologías para la colaboración en remoto.
• Desarrollar y proponer soluciones innovadoras para mejorar la eficiencia de los procesos internos.
• Colaborar para resolver conflictos o desacuerdos.

Ejemplos de competencias laborales específicas

Competencias digitales: corresponden a habilidades relacionadas con el manejo de tecnología, software, programación y análisis de datos. Por ejemplo:

• Uso avanzado de herramientas de gestión de proyectos como Asana.
• Dominio de software de diseño gráfico como Adobe Creative Suite.
• Configuración de sistemas de gestión de contenido (CMS).
• Habilidades específicas del sector: son las competencias técnicas especializadas para diferentes industrias. Veamos algunos ejemplos concretos de esta competencia laboral:
• Finanzas: conocimiento de regulaciones financieras y técnicas de auditoría, gestión de carteras y análisis de inversión.
• Marketing digital: implementación de campañas publicitarias en plataformas como Google Ads, TikTok y Facebook.
• Tecnología de la información: administración de redes y sistemas, desarrollo de software y programación, y ciberseguridad.

Certificaciones y formación continua: es importante mantenerse actualizado y certificado en competencias técnicas. Por ejemplo:

• Project Management Professional (PMP) para la gestión de proyectos.
• Certificación en herramientas de marketing digital, como HubSpot o Google Analytics.
• Certificación Certified Information Systems Security Professional (CISSP) para la ciberseguridad.

¿Cómo desarrollar competencias laborales?

¿No sabes en qué herramientas apoyarte para medir y hallar oportunidades de mejora en las competencias de tu equipo? El desarrollo de las competencias de tus colaboradores en un equipo remoto es una excelente inversión. Sin embargo, también hay que proyectar al futuro para cubrir potenciales necesidades. Según Mckinsey, el 90% de las organizaciones afirma que tendrá una brecha de habilidades significativa en los próximos años. Entonces, ¿quieres ganar en ROI? Echa un vistazo a las siguientes recomendaciones:

• Promueve la autoevaluación y feedback: identificar las competencias propias y las áreas de mejora es el primer paso hacia el desarrollo profesional. Para eso, implementa herramientas de autoevaluación y fomenta la cultura del feedback (para que la retroalimentación no sea verticalista sino que se ofrezca en todos los niveles del personal). Por ejemplo, coordina sesiones de feedback 360 grados, donde todos den sus opiniones.
• Utiliza el modelo de gestión de competencias: usa este enfoque para identificar, desarrollar y evaluar las habilidades y conocimientos específicos que son esenciales para el desempeño exitoso en un puesto de trabajo o rol específico dentro de una organización. Por ejemplo, puedes utilizar el modelo basado en competencias específicas para un puesto de gerente de producto, en el que se identifican los conocimientos técnicos de la industria de la tecnología, conocimientos de los productos y servicios de la empresa, y habilidades de análisis y resolución de problemas.
• Forma y capacita en competencias necesarias: brinda acceso a cursos, talleres y programas de desarrollo profesional que se alineen con las competencias requeridas para los roles que están cubriendo actualmente tus empleados y para lo que necesita tu empresa en un futuro próximo. Por ejemplo, organiza talleres internos sobre habilidades específicas como liderazgo o programación.
• Contempla la mentoría y coaching: ofrece la ayuda de mentores y coaches para guiar a tus empleados en su crecimiento profesional. Por ejemplo, puedes implementar un programa de mentoría donde líderes senior acompañen a los empleados en el desarrollo de sus habilidades y los orienten sobre sus objetivos profesionales, ayudándolos a enfrentar desafíos específicos y a planificar su carrera a largo plazo.
• Incentiva la participación en proyectos desafiantes: proporciona oportunidades para que tus talentos puedan aplicar nuevas habilidades a partir de proyectos que representen desafíos prácticos. Por ejemplo, asigna a los empleados proyectos interdepartamentales o iniciativas de innovación que les permitan utilizar sus competencias en un contexto nuevo y retador, fomentando así el aprendizaje práctico y la adaptación a nuevas situaciones.

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